Pero si tomamos en cuenta que la misma empresa estableció que hace 30 años la cifra era de 2.000 mensajes diarios se podría deducir que en una ciudad menor (como Santiago de Chile), la cifra debe encontrarse entre esas dos.
Tampoco sería muy descabellado pensar que un gran porcentaje de dichos mensajes corresponden a avisos publicitarios de una u otra forma, es sólo cosa de darse una vuelta por la manzana para darse cuenta.
En un escenario como este no es raro encontrarse con personas o grupos que encuentren que la publicidad cada día se torna más invasivo hasta el punto de convertirse en un problema o como este grupo (The Anti-Advertising Agency) que llega a comparar la publicidad con el grafiti que contamina la ciudad como muestra el video abajo.
Tampoco sería muy descabellado pensar que un gran porcentaje de dichos mensajes corresponden a avisos publicitarios de una u otra forma, es sólo cosa de darse una vuelta por la manzana para darse cuenta.
En un escenario como este no es raro encontrarse con personas o grupos que encuentren que la publicidad cada día se torna más invasivo hasta el punto de convertirse en un problema o como este grupo (The Anti-Advertising Agency) que llega a comparar la publicidad con el grafiti que contamina la ciudad como muestra el video abajo.
